No podemos acostumbrarnos a Dios. Él espera que Le temamos y obedezcamos. Josué y Caleb tuvieron el mismo recorrido que todos los demás. Salieron de Egipto, vieron los milagros de Dios como todos los que estaban allí. En Gosén vieron la luz cuando había oscuridad al otro lado. Vieron cómo se cumplían las plagas.
Dios no podía sacar al pueblo de Israel para que se perdiera, sino para llevarlo a una tierra que mana leche y miel. Dios les dio la prueba. No podían dudar. Cuando Dios nos saca, es para entrar en alguna parte.
Dios tiene su manera de instruirnos y enseñarnos. Debemos ser pacientes. "Pero como las chispas se levantan para volar por el aire, así el hombre nace para la aflicción"(Job 5:7). Dios había entendido eso: " Oye, te ruego, y hablaré; Te preguntaré, y tú me enseñarás. De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven" (Job 42:4-5). "Serán todos enseñados por Dios (Juan 6:45) Dios nos enseña a través de su Palabra.
« ¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu Palabra » (Salmo 119: 9). Dios nos ilumina es este tiempo: « Pero sucederá que al caer la tarde habrá luz » (Zacarías 14: 7)
Él tiene la certidumbre porque vio las cosas de antemano. Cuando dice algo, para Él, eso se va a cumplir porque ya ha visto la realización de esa cosa antes. La naciones creen que Dios cambia, que el mundo cambia y evoluciona, pero en realidad, nada evoluciona. Solo es que el hombre avanza cada vez más en el pecado.
« Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones» (Hebreos 4: 7).
Debemos creer en su Palabra. El hombre es humano pero Dios es Dios. Que podamos servir a Dios con todos los dones que nos ha dado. Le creemos y le vivimos.
El hombre exterior debe destruirse para que el hombre interior tome lugar.
«Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas que tú formaste,
Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites? »
« E invócame en el día de la angustia; Te libraré, y tú me honrarás» (Salmo 50: 15) Él oye nuestros clamores: «Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas; Y tus pensamientos para con nosotros,
Queremos tener el temor del Señor, no el temor de las tradiciones. El temor no es el miedo, pero el amor lleno de respeto. Dios es tan grande que no se puede medir. Dios es Dios. Los cielos del cielo no pueden contenerlo. Cuando Dios te permite captar sólo una pequeña parte de su dimensión, entonces tu vida cambia y haces todo lo posible para tratar de santificar tu vida. En el templo, aquellos que tenían un servicio, tenían temor. El sumo sacerdote no podía entrar de cualquier manera en el lugar santísimo. Tenían mucho temor. Y nosotros, hoy, Le servimos sin saber realmente quién es. Uza tenía buenas intenciones, extendió su mano para evitar que el arca cayera, pero murió en el acto. La gente estaba de alegría pero a partir de ese momento, los cantos se detuvieron, se estableció el respeto. No sabemos a quién servimos. David, en su condición de rey, cuando vio venir el arca, bailó sin prestar atención a su dignidad. ¿Qué hace que esto suceda? El Espíritu de Dios. Dios es Espíritu.
Debemos ser siempre calientes, nunca tibios, ni fríos. Queremos que Dios nos fortalezca para que podamos andar de manera firme. No estamos perdiendo nuestro tiempo en este lugar pues venimos para servirle, para hacer lo que Él quiere. Queremos presentarle un culto agradable. Mejor es un día en sus atrios que mil fuera de ellos. ¿Es el caso para ti?